¿Cómo podemos lograr que los gobernantes nos respeten a nosotros, los ciudadanos?

¿Los gobernantes buscan el bienestar de sus ciudadanos?

El presupuesto General del Estado (de Ecuador) destina más de 1600 millones de dólares anuales para gasto militar. El presupuesto siempre ha sido alto. Sin embargo, en los últimos años se ha duplicado por el fútil afán de Rafael Correa de consagrarse con la milicia. Aun así, no lo ha logrado. Imaginen que esta es la actuación de una persona que promueve ideas como el dar mejores condiciones de salud, educación y alimentación a los más pobres o el dar asilo político a quien encabeza la institución más heroica de los últimos tiempos: Wikileaks. ¿Cómo sería si el gobernante no fuese una persona que defiende tan nobles ideales?

Esto no es distinto en otros lugares del Mundo. En EEUU, si usarían su presupuesto militar en salud, este sería duplicado. Además, las muertes que generan por sus guerras inmisericordes dejarían de causar tanto dolor en todo el resto del Mundo.

¿Podemos hacer algo al respecto?

Esta sed de poder por parte de gobernantes en cualquier lugar parecería imposible de contrarrestar. ¿Quiénes somos nosotros para que nos hagan caso? Se van a reír de nosotros. Vamos a perder el tiempo y encima vamos a perder lo poco que nos han dado porque van a retroceder en lo que sí han hecho de bueno al sentir que no les respaldamos.

Pues no es así. Podemso medir fuerzas. Hay una cosa que los poderosos temen: es a las masas concentradas en exigir derechos. Ellos saben que están a merced de las aglomeraciones de personas que tienen un objetivo y están reunidas en un solo lugar.

¡Adelante!

¿Ya has escogido tu objetivo? Reúnete con quienes comparten tu meta y exprésenla públicamente en grupo. El político de turno teme esas acciones y el miedo es libre.