Fwd: [anarqlat] Nuevo artículo de O. Alberola que vale la pena leer

Omar Bautista González omarbautistag en gmail.com
Vie Ene 29 16:59:29 UTC 2010


Les dejo un mensaje del anarquista O. Alberola en respuesta a críticas
que le hicieron a su artículo “Chomsky en bufón de Chávez”. Su mensaje
es a su vez una crítica al ideal social demócrata.

Este mensaje es importante para los activistas del software libre ya
que nos ayudaría a seguir reflexionando sobre el ideal de libertad que
buscamos en la coherencia entre nuestra práctica y discurso.

Att.




---------- Forwarded message ----------
From: Nelson Méndez <nelson.mendez en ucv.ve>
Date: 2010/1/28
Subject: [anarqlat] Nuevo artículo de O. Alberola que vale la pena leer
To: anarqlat <anarqlat en lists.riseup.net>


Puntualizaciones sobre Chomsky, los Castro, Chávez…

Octavio Alberola

[Artículo incluido en Cuba Libertaria, # 14, Boletín cuya edición
completa puede solicitarse vía e-mail a cesamepop en orange.fr]

Mi artículo “Chomsky en bufón de Chávez”, publicado primero en el
Boletín Cuba Libertaria y reproducido luego en inglés, francés,
italiano y alemán en diferentes web, no ha sido del agrado de cuantos
siguen viendo en los Castro, Chávez, etc., los adalides del socialismo
y del antiimperialismo de hoy en día. Y ello pese a las evidencias
cada vez más obvias de lo que realmente son el “socialismo” y el
“antiimperialismo” de esos histriónicos caudillos populistas.

Por supuesto que era de esperar estas reacciones; pues no hay mayor
ceguera que la producida por la adhesión a hombres providenciales. La
historia está llena de casos paradigmáticos de cegueras colectivas de
este tipo: el de los Hitler, Mussolini, Stalin, Mao, Perón y Evita,
por no remontar muy lejos. Cegueras colectivas que sólo la historia y
el cambio generacional disiparon. No seré pues yo quien intente
devolver la visión a quienes no quieren ver. El tiempo, la historia
les obligará a ello, aunque… tampoco se puede afirmar de manera
categórica ; pues es suficiente con ver a los admiradores del
“socialismo real” que aún quedan por ahí. Y ello pese al derrumbe del
muro de Berlín, al “capital-comunismo” chino, etc.

Lo que no me esperaba, lo sorprendente, ha sido una cierta crítica…
Una “crítica” que no cuestiona el fondo de mi reacción, ante la
bufonada de Chomsky, sino la forma… Pues, en cuanto al fondo, esta
“crítica” reconoce que esos líderes, “los Castro, Chávez, Lula y
Morales”, constituyen “una mezcolanza seudo izquierdista”, además de
ser “sedicentes antiimperialistas”. Una “crítica” sorprendente…No sólo
por este reconocimiento y por desear “una sociedad sin explotación
social” y “sin tutela de ninguna minoría encima de las masas y sin el
control de éstas”, sino porque hace suya la visión socialdemócrata de
la “necesidad de los trabajadores de ampliar la superficie de la jaula
en que estamos”. Ampliar en vez de destruirla. Y ello justificado
porque Chomsky dijo en noviembre de 1996, a los estudiantes de
Historia de la Universidad de Sào Paulo, que “la disminución del
Estado mengua el espacio en que se puede ejercer la influencia
pública” y que esto “no es un objetivo anarquista”. Un Chomsky
presentado como un encomiable “compañero de viaje” del anarquismo,
aunque también se nos insiste en no olvidar que “Chomsky no está
afiliado a un grupo anarquista, si bien está cerca de los IWWW de los
EE.UU.”

Es pues esta sorprendente profesión de fe socialdemócrata, la que se
nos aconseja asumir desde curiosos planteamientos “anarquistas”, la
misma que me incita a hacer unas puntualizaciones sobre Chomsky, los
Castros, Chávez, etc. No sólo por lo cuestionable de la justificación
chomskyana del Estado sino también por lo que esa “crítica” pretende
justificar realmente con ella : el silencio frente a conductas que
están contribuyendo hoy, como las similares de ayer, a castrar las
aspiraciones revolucionarias de las masas explotadas y a desacreditar
la idea misma de socialismo como proyecto social emancipador.
Conductas que aplican a la letra eso de “ampliar la superficie de la
jaula” y de hacer del Estado el eje de la vida pública, con el
resultado que ellas dieron en el pasado y que están dando en el
presente, y que cada uno juzgará en función de su conciencia social y
política.

En consecuencia, y por parecerme obvio, mis puntualizaciones se
centrarán en la responsabilidad del hacerse cómplice de este silencio.
Por supuesto, la responsabilidad de Chomsky por no denunciar hoy estas
conductas, las mismas que ayer denunció en contextos inclusive más
revolucionarios, y también nuestra propia responsabilidad, en tanto
que anarquistas, si por miedo a “herir a los trabajadores, sobre todo
latinoamericanos, que mantienen cierta confianza en direcciones y
líderes que nos parecen ni fiables ni serios”, nos callamos y no
decimos lo que pensamos sobre ese populismo pretendidamente
revolucionario. Lo que piensan y dicen ya, con valentía y honestidad
que les honra, numerosos marxistas no dogmáticos en el mundo entero y
en la propia Cuba y Venezuela.

La caución chomskyana al populismo seudo revolucionario

El hecho de ser Chomsky uno de los intelectuales estadounidenses más
críticos de la democracia, pretendidamente existente en los EE. UU., y
de la política imperialista de los gobiernos norteamericanos, no le
exonera de ser igualmente crítico con la ausencia de democracia en
regímenes tanto o más autoritarios que el yanqui. Además, el
antiimperialismo de Chomsky no puede ser un antiimperialismo de
conveniencia, debe serlo de convicción. Como lo era en el pasado,
cuando fustigaba, por las mismas consideraciones políticas y éticas,
tanto al norteamericano como al soviético. Una equidistancia honesta,
moral y consecuente con sus ideas de justicia y libertad para todos.
De ahí que fuese escuchado y se convirtiese en referencia ética y
política para cuantos rechazaban esas dos caras de lo inaceptable : la
explotación y la dominación.

Entonces, su crítica no era maniquea. Lo que reprochaba a un campo no
lo justificaba en el otro. No había parcialidad ni retórica de
circunstancias sino exigencia de verdadera coherencia entre medios y
fines. Tanto en un lado como en el otro. No era pues cuestión de su
moral y la nuestra, como lo pretendían los que denunciaban y
condenaban la pena de muerte en los USA y la justificaban en la URSS o
al revés. Chomsky no era entonces ni de éstos ni de aquéllos. Al
contrario, denunciaba a los que practicaban esta doble moral, y éste
es el Chomsky que debería seguir siendo si no ha renegado de lo que
fue en el pasado. El Chomsky que, a la pregunta del por qué había
dicho que Lenin y Trotzky fueron los peores enemigos del socialismo en
el siglo XX, peores que Hitler, Mussolini, Chang-Kai-Chec, Truman o
Churchill, respondió : “Contrariamente a los que usted menciona, Lenin
y Trotzky fueron enemigos del socialismo por varias razones. Primero
destruyeron sistemáticamente Rusia, desmontando y prohibiendo las
organizaciones socialistas y demás organizaciones populares, que
aparecieron durante el periodo de entusiasmo revolucionario, antes de
que Lenin y Trotzky se amparasen del poder. Segundo, lo hicieron en
nombre del “socialismo” y así sabotearon el socialismo, no solo en
Rusia sino también en el mundo entero. La tiranía antisocialista
instituida por Lenin y Trotzky fue transformada mas tarde en una
monstruosidad absoluta por Stalin”.

¿Serán hoy los Castro, Chávez, etc., más consecuentes con el ideal
socialista que lo fueron entonces los Lenin, Trotzky, etc. ? ¿Son las
“organizaciones socialistas y demás organizaciones populares” las que
deciden en sus países o son los Castro, Chávez, etc., los que lo hacen
?

La responsabilidad de Chomsky es por esta inconsecuencia, por este
silencio ; pues qué sentido tiene decir, tras dejarse fotografiar con
el caudillo Chávez y agradecerle su socialismo del siglo XXI, que en
el país hay “enorme corrupción, elementos de caudillismo- la
tradicional plaga latinoamericana”, al final de una visita de 48 horas
a Venezuela. Y no digamos de su visita a Cuba, dejándose fotografiar
con Castro, otro caudillo, poco tiempo después de que éste hubiese
hecho fusilar a unos jóvenes negros simplemente porque habían querido
escapar de la “jaula”, que era y sigue siendo Cuba, sin haber matado
ni herido a nadie. Sí, ciertamente, el número de fusilados en Cuba
está muy lejos del de los fusilados en Rusia por los chekistas… Pero,
al menos para mí, matar a esos jóvenes negros es tan odioso e
inaceptable como lo fueron los miles de asesinatos chekistas. Además
de responder a la misma lógica del terror. Y eso es algo que Chomsky
no debería haber olvidado, ni siquiera a los cerca de 80 años que
debía tener entonces.

Además, no ha dicho Chomsky : “El anarquismo, por lo menos como le
comprendo, es la tendencia del pensamiento y de la acción humana que
busca identificar las estructuras de autoridad y de dominación, a
llamarlas para que se justifiquen desde el momento en que se demuestra
que son incapaces de hacerlo y trabajar para rebasarlas. Formas de
opresión que antes eran apenas reconocidas y aun menos combatidas no
son hoy en día consideradas como tolerables. Es un éxito y no un revés
del anarquismo.”

La caución del silencio

Por las mismas razones por las que Chomsky se creyó obligado a repetir
lo que había dicho de Lenin y Trotzky, y con el mismo derecho que él
se otorgó para decir lo que pensaba sobre las conductas de esos dos
personajes durante la revolución rusa, yo seguiré denunciado a los
Castro, Chávez, etc., de ser también enterradores de las aspiraciones
emancipadoras de sus pueblos. Pues no sólo es lo que pienso sino lo
que piensan y no paran de repetir los militantes asociativos y
sindicalistas revolucionarios que defienden la autonomía de las
organizaciones socialistas y demás organizaciones populares en esos
países. No sólo por el incumplimiento de las promesas hechas al pueblo
y la represión judicial contra los sindicalistas obreros y campesinos
que exigen tal cumplimiento sino por la criminalización de la lucha
social, como lo hacían y lo siguen haciendo los regímenes burgueses.

El hilo conductor y el objetivo de esta forma de gobernar,
supuestamente “progresista”, son los mismos que en el pasado, cuando
los gobiernos aplastaban las rebeliones populares con represión
militar. Sólo que ahora la estrategia de dominación promueve el
control de la insubordinación por los propios ciudadanos y ciudadanas
convertidos en brazo ejecutor de las políticas de contención
estatales. De ahí la implementación de las Misiones (Venezuela), los
programas Socio-país (Ecuador), la Red Solidaria (El Salvador) o
Familias en Acción (Colombia), como el Bono Juancito Pinto (Bolivia),
o la Bolsa Familia (Brasil), o el programa Tekopora (Paraguay), o el
bono Mi familia Progresa (Guatemala), o también el programa
Oportunidades (México), entre otros, como estrategias de intervención
y control social. Además, claro está, de los “Comités de Defensa de la
Revolución”, los famosos CDR cubanos.

Y todo ello para que las transnacionales puedan continuar sin
problemas laborales mayores la explotación de los recursos naturales
de estos países dentro del mismo modelo desarrollista de la
globalización capitalista neoliberal. Y eso pese, o gracias, a los
encendidos discursos antiimperialistas y antioligárquicos de los
Castro, Chávez, etc.

Lo asombroso es el silencio de ciertos intelectuales de izquierda ante
estas actuaciones que consolidan y ratifican el liberalismo político y
económico, que, como en el pasado, sólo beneficia a la burocracia y a
los sectores de la burguesía cercanos a los que gobiernan. De esa
izquierda que antes era crítica, radical, iconoclasta con los
discursos del poder, y que ahora, por apoyar, suscribir y adscribirse
a los proyectos políticos de los denominados gobiernos progresistas,
ha arriado la bandera de la crítica social e intenta justificar lo
injustificable : la demagogia y la corrupción. Una connivencia que va
más lejos que el simple silencio, pues, en su afán de impedir el
debate, la crítica y la discusión en el seno de la izquierda en el
continente y en el mundo, recurren a lo de siempre : la calumnia, la
descalificación y el insulto.

Así, mientras se guarda silencio, un silencio que es complicidad, el
continente entero está girando hacia lo que ya algunos socialistas
auténticos llaman el “posneoliberalismo”, aunque también se le podría
llamar la forma “democrática” del “socialismo” chino. Y es así como
una transición, que efectuada por gobiernos abiertamente neoliberales
habría sido traumática, se produce sin mayores tensiones gracias a
estos gobiernos -que también podemos llamarles ya “posneoliberales”.
Gobiernos que, además de acentuar los procesos extractivistas,
productivistas, de privatización territorial y criminalización social
a favor de las transnacionales y las burguesías de la región, están
poniendo a tono el continente con las exigencias económicas y las
injusticias laborales de la globalización capitalista. A lo que se
debe agregar la pérdida de credibilidad ética de las izquierdas
latinoamericanas por lo comprometidas que están en la corrupción, las
estafas, los latronicios y el clientelismo.

Ante tal situación, y con la misma voluntad que Chomsky demostró en su
momento para hacer frente a los que, para callarle, le acusaban de
contribuir, con sus críticas del falso “socialismo real”, al
reforzamiento del discurso contrarrevolucionario del campo pro yanqui
e inclusive insinuaban de que él estaba a sueldo de la CIA de ese
tiempo, yo seguiré impertérrito denunciando (y apoyando a cuantos
denuncian) estas nefastas derivas del ideal emancipador. Derivas
propuestas e implementadas por Caudillos y movimientos populistas,
demagógicos, falsamente e histriónicamente revolucionarios. No sólo
porque es falso que al hacer esta crítica se dé armas a los enemigos
de la revolución, la verdadera, la del pueblo y no la de los
burócratas, sino porque esta crítica es necesaria, fundamental, para
que el pueblo laborioso pueda recuperar su autonomía y vuelva a luchar
por una transformación social que ponga fin a la explotación y
dominación que soporta desde hace tantos siglos.

No obtendrán pues mi silencio. Y menos aún con calumnias, amenazas o
críticas autosuficientes. No sólo porque lo considero un deber -como
Chomsky entonces- sino también porque a esas calumnias y amenazas
puedo oponer mi historial, mi biografía, en el terreno de la lucha
contra el imperialismo y todas las formas del Poder, y a esas críticas
autosuficientes los hechos históricos.

Además, ¿por qué me callaría, si son muchos los marxistas críticos
que, como yo, se indignan y se manifiestan contra la “cínica retórica
de la resignación”, coincidiendo con los anarquistas en que “el
socialismo no puede concederse desde arriba” y que, para resolver los
problemas de su construcción, “la libertad más amplia, la más amplia
parte de la población es necesaria" ? ¿Por qué lo haría, si esta
coincidencia, entre anarquistas y marxistas críticos, en actualizar la
necesidad de recuperar la autonomía para los movimientos sociales y en
rechazar los planteamientos dogmáticos y doctrinarios en el combate
contra el capitalismo y el Estado es un hecho esperanzador ? No por
convencimiento y fidelidad ideológica sino por conclusión lógica de lo
que nos enseña la historia y la vida de cada día.

Efectivamente, como lo reconocen estos marxistas críticos “a lo largo
de todo el siglo XX, mucha agua ha corrido bajo los puentes de las
revoluciones”… Como también es verdad que “a lo largo de las
experiencias sociales y de las investigaciones antropológicas, los
enfoques teóricos del Estado se han enriquecido y profundizado”,
desmitificando el fetichismo del poder al evidenciar “la genealogía de
las relaciones de poderes”. Además de que “las retóricas liberales del
Estado mínimo o del repliegue del Estado no hacen sino resaltar con
más relieve el núcleo duro de sus funciones represivas y su papel
eminente en la puesta en pie de los dispositivos del biopoder”. De ahí
que, “si el tejido de las relaciones de poder hay que deshacerlo, y si
se trata de un proceso a largo plazo, la maquinaria del poder del
Estado hay que romperla”.

Y si a esto le agregamos la denuncia de “las ilusiones
parlamentarias”, del “cretinismo parlamentario”, y de todas las
ortodoxias revolucionarias, ¡cómo no confiar en el encuentro de todos
los heterodoxos de las ideologías, supuestamente manumisoras, en el
combate contra el Capital y el Estado !



-- 
Omar Bautista González
- Coordinador de Investigación para el Desarrollo,
Diseño, Monitoreo y Evaluación
Visión Mundial República Dominicana
- Colaborador en investigación social del movimiento del software
libre en República Dominicana


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